Escultura en metal. David Kracov. |
Una vez
conversé con un artista que me decía que un pintor no era más que un escritor
frustrado.
En
estos días pasados de exaltación de la literatura ante muertes anunciadas y el Día
del Libro acercándose, la estrecha relación que comparten Arte y Literatura se
me antojó exacerbada y la delgada línea que las separa tan diluyente que a veces
amenaza con desaparecer.
¿Puede
entonces la literatura inspirar a su vez
otro tipo de arte? La respuesta es en sí bastante obvia, pero como muestra, un
botón.
Este año encontré de forma recurrente el tema de la necesidad de la palabra y la inspiración en la literatura reflejada en las Ferias de Arte Contemporáneo más representativas de nuestro país.
Los
libros escupiendo palabras de Beatriz Díaz Ceballos en Art Madrid, fueron un
claro ejemplo.
El libro como soporte físico de la palabra se convertía en su obra en carcelero de letras prisioneras, de aquello que no nos permiten decir o debemos callar. Sugerían sus formas la pérdida de libertad, la censura.
¿Plantar un árbol y leer un libro? ¿O Plantar un libro y leer un árbol? Las raíces del conocimiento acaban brotando, como lo hacen las de los árboles. La palabra como vía de transmisión de la razón.
La
Literatura también ha sido musa inspiradora de artistas y en Art Madrid lo
encontramos de la mano de Marcos Tamargo.
Nuestro
personaje literario más universal se camufla y campa a sus anchas entre rojos
fuego y ocres en su “Ladran, luego caminamos” , sugiriendo un Quijote del siglo
XXI al que el artista admira por la pasión con la que persigue sus anhelos, por
la intensidad con la que ama y por la fidelidad con la que concibe la amistad.
Arco no
iba a ser una excepción. Parece que el tema funciona en una sociedad y en un
tiempo en que la palabra escrita esta en boga. Se habla menos y se escribe más
(pregúntenle si no a los niños si saben que una de las funciones de los móviles
es también la de llamar), pero también existe una crisis de los medios impresos
y una cierta nostalgia añeja a abandonar el formato y el calor de las paginas
en pos de los medios electrónicos. Como digo funciona y preocupa y el arte
vuelve a ser el medio para expresarlo.
Octavio
Paz viajó a Arco de la mano de Rebbeca Horn y lo hizo con su mariposa mecánica posada
sobre uno de sus libros. La débil salud de la artista que en su niñez la tuvo
postrada en un hospital hace pensar en el símil de la fragilidad de la mariposa
y en su vuelo para eludir los límites del cuerpo y en los libros como vía para
escapar de la realidad.
La
chilena Mónica Bengoa y su mural de palabras troqueladas en fieltro (Cuyo texto
pertenecía a Georges Perec) nos sirve para continuar con nuestro discurso.
Aparecían esparcidas por el suelo formando un puzzle de letras apiladas en el que se hacía visible el desafio de “no encontrar las palabras adecuadas” y en las que el lienzo parece decirnos que en otras ocasiones son la palabras las que sobran.
Aparecían esparcidas por el suelo formando un puzzle de letras apiladas en el que se hacía visible el desafio de “no encontrar las palabras adecuadas” y en las que el lienzo parece decirnos que en otras ocasiones son la palabras las que sobran.
De
manera más actual encontramos el proyecto “A tres bandas” aún en activo durante el mes de mayo en
diversas galerías madrileñas y en las de la capital condal que también siguió la
estela de mezclar arte y literatura en sus espacios participantes.
Encontramos este binomio en su punto álgido en a Galería Liebre (Calle Doctor Fourquet, Madrid), cuyo discurso expositivo se abre con un fragmento de las "Ciudades invisibles" de Italo Calvino y se articula en torno a los relatos del propio comisario de la muestra; Blinky R. Rodríguez, alter ego de José Luis Serzo.
La muestra colectiva llamada "Psiconautas (Trans-visiones del espacio interior)", se compone por obras de Jorge Vicen, Rei-Fah, Arturo Prins, Miguel Ángel G. Granado y Juan Luis Cerrajero, cinco creadores cuyas piezas sumergen sus raíces en e mundo onírico del subconsciente y los sueños.
Encontramos este binomio en su punto álgido en a Galería Liebre (Calle Doctor Fourquet, Madrid), cuyo discurso expositivo se abre con un fragmento de las "Ciudades invisibles" de Italo Calvino y se articula en torno a los relatos del propio comisario de la muestra; Blinky R. Rodríguez, alter ego de José Luis Serzo.
La muestra colectiva llamada "Psiconautas (Trans-visiones del espacio interior)", se compone por obras de Jorge Vicen, Rei-Fah, Arturo Prins, Miguel Ángel G. Granado y Juan Luis Cerrajero, cinco creadores cuyas piezas sumergen sus raíces en e mundo onírico del subconsciente y los sueños.
Reifah. Cocodrile Lovers |
Arturo Prins |
Por último y para no desaprovechar oportunidades, una recomendación para celebrar la Semana del Libro: “Libros Mutantes” la Feria Editorial independiente que se celebra en la Casa encendida, donde también podemos encontrar esa combinación de texto e imagen.
Nos
quedamos con sorpresas tan gratas como las sugerentes ilustraciones de Mikaela
M. Schuman en su libreto “Extraño erotismo”. Definiciones de parafilias
acompañan sus ilustraciones delicadas e inocentes, llenas de erotismo y
sensualidad.
No seré yo quien afirme que el artista es un escritor frustado. Yo estaría más de acuerdo con afirmaciones como las del artista Vlady : “El pintor no usa palabras. El color es su lenguaje”.
Para no abrir heridas, dejémoslo en tablas:
"La pintura es poesía muda;
la poesía pintura ciega" Leonardo Da vinci