martes, 17 de febrero de 2015

¿ESTÁ EN FORMA O ENFERMA LA CULTURA? El estado de la cultura en España y el "boom" museístico.

      La cultura también se mide. El Observatorio Cultural de Fundación Contemporánea elabora de forma semestral durante los últimos años un informe de calidad que la evalúa, teniendo en cuenta diferentes barómetros y contando para ello con especialistas del sector. Pero ¿Está en forma o está enferma la cultura en nuestro país?


Fuente: Datos extraídos de Fundación Contemporánea. Observatorio de la Cultura

      Copando el primer puesto de la Fórmula 1 de la Cultura  (datos para el último semestre de 2014) encontramos a la ciudad de Mádrid, que en los 6 años de estudio precedentes siempre se ha situado en la Pole Position de este ranking, tanto en calidad como en innovación. Instituciones de primer orden y museos reconocidos en todo el mundo son los culpables que la hacen ostentar este rango.  Se llevan la palma clásicos, como El Museo del Prado, Thyssen o El Reina Sofía, que sube puestos distanciándose de los demás y arrebatándole el trono al omnipresente Prado.

      ¿Pero a que nos referimos cuando hablamos de calidad? ¿Se puede cuantificar realmente la calidad del arte o la cultura? ¿Deben decidirlo los profesionales del sector o son las tendencias y el criterio del público los que lo determinan?.Y aquí es cuando viene el problema, porque no nos ponemos de acuerdo

      Los expertos a veces no se encuentran conectados con las demandas o necesidades del público y el público por su parte parece ser  más proclive a seguir las tendencias en exposiciones o actos culturales de renombre.  

      En esta tesitura no debería igualarse calidad con largas horas de espera en las entradas de museos, porque como apuntaba el director del Museo del Prado Miguel Zugaza en el acertado artículo del diario ABC “Visitas de calidad o morir de éxito”, las colas  no son sinónimo de virtud, si no un defecto”. De eso pecamos mucho en este país (y en muchos otros, no se vaya usted a creer) y aunque nos molesta sobremanera la espera en el supermercado de todo aquello que sobrepasa el minuto, si se trata de un evento cultural, esperamos. Esperamos sin saber a veces ni para qué, pero si lo hace el vecino por algo será. Otra costumbre muy española, por cierto.

      Para no ahogarnos en el mar de las estadísticas y de las elucubraciones varias, no hay nada mejor que el trabajo de campo. Nos ponemos las botas de expedición y con la excusa de salir a comprobar el famoso ranking, nos recorremos Madrid en busca de esa excelencia en arte y cultura que se desprende de tal lista.

EN FORMA:

   Nuestra primera parada empieza con el recorrido a la institución de arte contemporáneo por antonomasia en nuestro país y la que experimenta una subida espectacular de 48 a 62 puntos y la sita en el primer puesto: El Museo Reina Sofía


Fuente datos: Fundación Contemporánea. Observatorio Cultura
(Segundo semestre 2014. Muestreo de las 10 primeras en el ranking)

      El ascensor que viste de verticalidad la plaza aledaña nos recibe como siempre imponente, esperando para llevarnos a las alturas del arte. Aterrizó por suerte en “Sistema Operativo”, la exposición temporal del artista Daniel. G. Andujar.

      Si buscar la reflexión y la crítica en el espectador a través del arte es calidad, Andujar debe salir muy bien parado. Un espacio que dedica una muestra sobre la obra de un artista que visibiliza la mentira sobre la democratización del conocimiento a través de las nuevas tecnologías, como humo vendido, como otra forma más de capitalismo, huele a excelencia. Si crear productos ficticios codiciados por las grandes multinacionales de la comunicación para seguir con su brutal capitalismo tecnológico es sinónimo de sublimidad, puedes quedarte muy a gusto subiendo al piso 3º del Reina. Mientras cientos de turistas se agolpaban para ver el Guernica unos pisos más abajo, yo disfrutaba a solas de la obra que critica el impacto de la publicidad y el apropiacionismo del espacio público.
     
Antes de determinar si ocupar el primer puesto de este ranking de calidad era merecido o no, me detuve a cotillear en el muro creado por Andujar, lleno de fotocopias de imágenes sacadas de la web como reflexión acerca de la figura del 
en fetichistas, que acumulan imágenes en sus propios archivos del PC.

He de confesar que yo también baje a ver de nuevo el Guernica y de paso el Picasso (y otras adquisiciones más) que recientemente había recibido el museo. Cerré la boca y poco más me quedó que añadir sobre su merecida clasificación.


      
      Al Reina Sofía le siguieron las visitas a El Prado, Museo Thyssen y Matadero Madrid (ostentando un flamante tercer puesto)  y  a otras instituciones como La Casa Encendida o Fundación Mapfre, que también  se reflejan en los 10 primeros puestos de las instituciones mejor valoradas.

      En cuanto al Museo del Prado (que ocupa el segundo puesto) , aquí no puedo ser imparcial. Amante acérrima de Goya, tal vez por haber visto toda mi niñez “La cometa” colgada en casa de mis abuelos,  visité la exposición del pintor aragonés en su versión más madrileña con “Goya en Madrid”. No me extiendo más lejos de decir que me fascinó observar una vez más como los rostros de sus obras acaban convertidos en máscaras difusas que ya anunciaban el impresionismo y la gran desilusión que supuso para él la situación de una capital y un país venido a menos y que algunos apuntaban como un brote de demencia.

      Me quedó corta la exposición y corrí antes del cierre para ver de nuevo sus pinturas negras y comprobar que por algo es una de las mejores pinacotecas del mundo. Doble check al segundo puesto.

Hacer cola en los Museos o Instituciones Culturales a veces si tiene justificación. 
Matadero Madrid (ocupando el sexto puesto en la lista), que acoge una exposición dedicada a conmemorar el 30 aniversario del colectivo Guerrilla Girls, se vio desbordada por la espera de centenares de personas que aguardaban para asistir a la performance de estas guerreras defensoras del arte y el más irreverente feminismo con sus armas secretas de finísima ironía y crítica mordaz. 

A pesar de haber aguardado durante horas y a la intemperie la ciclogénesis explosiva de ese sábado por la tarde, muchos quedaron fuera. Pero lejos de reclamaciones, el personal visitó animado la exposición paralela que el centro acoge, esperando ver en algún momento asomar la cabeza de un gorila femenino por las naves de matadero.


Aproveché para seguir con mi trabajo de campo y preguntar por los motivos por los cúales habían aguantado el chaparrón estoicamente. 
Feminismo, afinidad con el movimiento, artistas, fans enloquecidos de las Rock Start de la performance, gentes del sector, gentes del no sector, niños, familias, casados y solteros. Cada cual tenía sus razones para estar ahí, pero lo que si estaba claro es que esa muestra era necesaria, interesante y justificada. Comprendí que la situación de Matadero en el ranking no era casual, ni ninguna tontería.

         El Impresionismo más yankee, que vistió a la capital durante meses con las muestras del Museo Thyssen y la Fundación Mapfre, no desmerecían la inclusión de estos templos en la lista. Del Museo legado del varón Thyssen me quedaría con la conjunción de obras del artista Whistler, autor de la obra “Madre del pintor” que añadía valor infinito con su Seria Roja y con la posibilidad de conocer el impresionismo más haya de nuestros ombligos eurocentristas.




          Uno dice Sorolla y no se imagina que casi no es capaz de contener el aliento en la sala ante la muestra “Sorolla y Estados Unidos” de la Fundación Mapfre, cuando una luz que la naturaleza podría envidiar, inunda el espacio de la calle Recoletos. Dos visitas más fueron necesarias para que me quedase a gusto. Pero aunque era fácil acertar con Sorolla, la Fundación Mapfre hizo una labor de excelencia cuando incluyó en su programa la exposición dedicada al fotógrafo Albin Landong Coburn, muestra menos mediática, pero que me hizo tomar conciencia de la fotografía como una gran manifestación artística a la altura de la pintura.

          ¿Pero que hay de todo ese movimiento cultural que ni se asoma de lejos por la lista? Nos referimos a ese que ni huele los presupuestos destinados a las instituciones que se desprenden en el estudio de Fundación Contemporánea. 
Que no estén no significa que no existan. Su existencia mejora la posición de la capital en cuanto a temas culturales se refiere, ayudando a completar la oferta y diversificando el complejo entramado de este sector. Sus acciones contribuyen al embellecimiento de la ciudad, acercando al ciudadano el enriquecimiento que se desprende de todas las disciplinas que lo conforman.

          Podríamos mencionar muchas, pero hoy nos quedamos con proyectos como los del colectivo La galería de Magdalena que se "apropian" del espacio urbano para entregarle a los ciudadanos lo que siempre ha sido suyo. Sirve así como escenario el subsuelo madrileño, donde en paradas de metro como las de Legazpi, se pintan murales con los mensajes de los viajeros que a diario atesoran historias ocurridas en el transporte público. #Teví (en el metro) inunda de mensajes la famosa estación, a la vez que promueve la participación ciudadana en la vida cultural a través de redes sociales como Twitter.




          Visitar todas las instituciones que se reflejan en la lista sería un arduo trabajo, pero a pesar de toda la parafernalia que rodea a esta crisis eterna del país bajo la cual a veces nos auspiciamos para no mejorar este sector, las controversias del famoso IVA cultural o los vaivenes de los tejemanejes políticos, uno se queda satisfecho pensando que detrás de esa lista,  a la cultura, en este caso, no le hace faltaoperación  biquini”.

....O ENFERMA?

          Pero ahora viene la parte que no se refleja en este tipo de listas y que por desgracia no deja que el cuento se cierre con un “y comieron perdices”. Para eso será necesario hacer un observatorio de la No Cultura, o de las prácticas que nada tienen que ver con su difusión y su calidad y que están al servicio de otros intereses. También se podría crear otra lista paralela y me da a mí que esta si podría ser interminable.

          Hace unas semanas nos levantamos con la noticia de la reapertura del Museo Municipal de Arte Contemporáneo de la capital, ubicado en el histórico cuartel de Conde Duque y no pude evitar acordarme de otra reinauguración que tuvo lugar en Diciembre de 2014; la  del Museo Histórico de Madrid.

           Reacomodar y adaptar el magnífico edificio del antiguo Hospicio de San Fernando ha costado 1,1 millones (según datos desprendidos del diario El País) y su lavado de cara, de la mano del arquitecto Pablo Rodríguez Frade (autor también de la renovación del Museo Arqueológico Nacional, el cuál, por cierto, se refleja en el puesto número 15 del ranking) ha merecido la pena, sobre todo por la necesidad de conservar esta joya arquitectónica capitalina. La mejor conservación es siempre la reutilización del edificio. Hasta aquí todo perfecto, a pesar de los 12 millones de euros gastados por el camino en un proceso que ha durado, en total, dos décadas.

Museo de Historia Municipal. Madrid.

           La colección, interesante por estar dedicada a documentar la vida e Historia de la capital desde sus orígenes, se merecía un espacio, pero puede dar la impresión llegado el caso, de haber metido la colección con calzador.

     Cuando hablamos de millones de euros para adecuar, restaurar y recuperar patrimonio, puede sonar a despilfarro, pero sólo lo es cuando tal cantidad de dinero no va de la mano de  la inversión paralela vertida en capital humano (esto es, en profesionales cualificados y suficientes para mantener los servicios) y para la difusión de la colección. 

          Estas inversiones chirriantes deben revertirse hacia el ciudadano en la calidad de los servicios prestados, esta inversión hecha por el contribuyente debe ponerse a su servicio y no caer en las garras de intereses especulativos o políticos, debe justificarse, por tanto, la reapertura de un museo. No todo vale y no a cualquier precio

          A este respecto, parece ser que la mayor parte de los ciudadanos no se ha enterado ni si quiera que se ha reabierto un museo en su ciudad.  Para ello, entre otras medidas, es necesaria la difusión de su colección a través de los nuevos cauces de comunicación (parece ser que no existen cuentas activas en las principales redes sociales, ni posee una web actualizada). Y no lo digo yo sola, porque como se desprende de la entrevista en Nodo Cultura a Conxa Rodá, Directora de Estrategia Y comunicación del Museo Nacional de Arte de Catalunya,  “un museo hoy en día no se puede permitir no estar en las redes . Menos aún si se ha hecho tal desembolso público. 

          El conocimiento y la investigación, junto a la  difusión de las colecciones de los museos debe ser la razón de ser de los mismos, no se entiende ya que un museo sea un ente muerto donde exhibir piezas cual cachivache decorativo, pues el público ya no es tan sólo el destinatario de su saber, si no participe activo y creador de sus contenidos.  
No existen además actividades paralelas, ni talleres y las visitas guiadas que se publicitan en la web han dejado de existir. Será que no hay presupuesto. Eso es lo que trato de decir, que no es lo que molesta el olor a naftalina decimonónica, pero que si el gasto asciende a unos cuantos millones de euros, que menos que reservar una remesa a estos fines que consiga imprimirle algo de vida. 

           Calco y recalco que soy la primera feliz e interesada en la proliferación de museos cual setas en otoño, pero tal vez un tufillo preelectoral y especulativo se cierne sobre estas casas del arte, cuyo cometido no tiene nada que ver con lo anteriormente citado.

          ¿De verdad es necesario la apertura y reapertura de tanto museo? ¿Qué  opinarán los profesionales de otros museos que tienen que hacen malabares con sus presupuestos y aguantar recortes para sus actividades? Llamadme lunática, pero me da por pensar en el estado de preelección que vive el país y me  vienen a la memoria viejos ecos de la arquitectura y el arte romano como auténticos caballos de batalla propagandística al servicio del poder.

        Y en este estado de cosas es cuando se me va la vista al puesto número 4 del ranking: MÁLAGA. La gran ciudad del sur, que comienza a ser denominada como la ciudad de los museos y que aglutina grandes ejemplos como el Carmen Thyssen Málaga, el Museo Picasso y el CAC, empieza a ser tema de preocupación (o sospecha), pero en esta caso por la inminente apertura de dos museos “foráneos” en semanas venideras.

Ranking extraído del Observatorio Cultural de Fundación Contemporánea 2014.

         El primero en despegar será el Centro Pompidou. Uno de los centros de arte contemporáneo más prestigiosos del mundo se cuela en el sur español siguiendo la estela de otros, como lo fue el caso de la apertura de la nueva sede del Louvre en Abu Dahbi. La filial del Museo de Paris estará a tiro de playa para los guiris sedientos de arte, muy integrado en el entorno y con una colección acorde con las influencias francesas de la ciudad (perdonad de antemano el sarcasmo).

          El nuevo Centro de Málaga abre sus puertas con una frenética actividad para su puesta a punto antes de las elecciones municipales. Estas prisas han conseguido que en las últimas semanas el presupuesto inicial se haya incrementado en un 48% , situándolo ya cerca de los 6,7 millones de euros, sin olvidar los 4,2 millones de euros que costará anualmente su mantenimiento. Por no hablar de la escasa transparencia y el secretismo en la contratación de personal cualificado, de lo cual la concejalía de empleo de Málaga dice no tener constancia. Tampoco es nada desdeñable los 192.000 euros gastados hasta el momento en publicidad institucional sobre el museo antes de que haya abierto sus puertas.

          Pero no es la única franquicia que abrirá en la ciudad, que va camino de convertirse en algo parecido a las cadenas de comida rápida de los museos. Lo ruso no quiere quedarse atrás y se suma a esta tendencia. Cierto es, que saber que Kandinsky, Chagall, Malevitch o Tatlin camparán a sus anchas por la Fábrica de Tabacos de Málaga como sede del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, encandila. 

Pero las obras maestras no logran ocultar (del todo) las nuevas polémicas surgidas en relación a los contratos externos y a los dividendos que se les pagará a la agencia encargada de la organización de las  dos primeras muestras que alcanzarán la cifra de más de 300.000 euros.
Muchas ceros, grandiosidad y polémica para un museo que se justifica por la gran presencia rusa en la ciudad.


     Para poner la guinda encontramos el caso del Museo Mundial de las gemas, curiosamente ubicado en la misma Fábrica de Tabacos donde se abrirá la sede del museo ruso y tristemente conocido por batir records. Dos fueran las horas que el museo permaneció abierto antes de que la policía interviniese para su cierre por no poseer las licencias pertinentes. Le faltaba la licencia de apertura. Ahí es nada. Empezar la casa por el tejado, repartirse el pastel entre los de arriba y cuando se llega abajo no se tiene ni para la llave de la puerta. 5.1 millones de euros , 4 visitantes y un museo fantasma son las cifras para añadir a la penosa lista del boom de los museos, que figurará como coladero de facturas y entramado societario.

          Pero la enfermedad de la cultura no sólo se extiende víricamente entre los museos. Proyectos como el del Festival de Arte Urbano MAUS (Málaga Arte Urbano Soho) se contagia de esta enfermedad sin vacuna. MAUS,  se une al baile de cifras y sospechas durante dos años consecutivos, siendo en 2013  adjudicado por asignación directa a la empresa del actual gerente del Centro de Arte Contemporáneo municipal y abriendo en 2014 una más que sospechosa puerta para la  gestión del festival con la misma empresa con la que el gerente gestiona el CAC Málaga.
Mural realizado durante el MAUS. Málaga

       Pero no sólo el sur se ve salpicado por estas delicias. Pasada la frontera de Despeñaperros encontramos curiosos casos como el Museo de les Cultures del Món (Barcelona), dedicado albergar los tesoros de las culturas milenarias del mundo. Curioso porque alberga una buena parte de la colección que pertenecía al Museo Etnográfico de la ciudad, que permanece cerrado por obras. Dos museos para una colección. ¿Innecesario?. Habría que estudiarlo, pero otros 5.1 millones de euros y la poca previsión para su mantenimiento auguran un difícil futuro.

Una lista más del despilfarro y la mala gestión, también en cultura.Del boom del ladrillo al del museo. ¿O acaso no es lo mismo llevado a cabo por los de siempre?.

Para más información sobre los datos desprendidos del estudio de Fundación Contemporánea: 
http://www.fundacioncontemporanea.com/wp-content/uploads/2012/10/ANALISIS_RESULTADOS_OBS_DICIEMBRE_2014.pdf